Abel Ferreira discute las desavenencias entre los entrenadores portugueses y brasileños
Abel Ferreira se refirió al distanciamiento entre los entrenadores de fútbol portugueses y brasileños desde que dirige al Palmeiras, subrayando que «la competencia no tiene edad ni nacionalidad», en la cumbre Thinking Football de Oporto.
«Hay buenos y no tan buenos entrenadores portugueses y brasileños. Sinceramente, me parece una ofensa que me hagan esa pregunta. Es bueno que tengamos ideas diferentes, porque nos ayuda a crecer. Ambos países tienen buenos entrenadores, al igual que en cada área hay entrenadores buenos, menos buenos o, si se quiere, débiles. Es una guerra interminable, pero para mí no es una guerra en absoluto», dijo el entrenador de 43 años por videoconferencia.
En un panel titulado «El impacto de Abel Ferreira en el Palmeiras», el ex defensor detalló el paso que comenzó en octubre de 2020 por el Palmeiras, que recientemente lo llevó al undécimo título de campeón brasileño, basando la visión del equipo técnico en tres pilares.
«Deben desarrollar y valorar a los jugadores, desarrollar y valorar al club y valorar el fútbol. Mi cuerpo técnico trabaja como una empresa. En función del número de personas que trabajan conmigo, la mejor manera de dirigir y gestionar es delegar», enmarcó, hablando de una estructura con 59 elementos, 27 de los cuales son atletas de la plantilla principal.
Abel Ferreira también dio cuenta de un «código de honor» con 11 parámetros para apelar a la necesidad de priorizar el sentido colectivo sobre los objetivos personales, antes de señalar que el mundo «tiene que adaptarse al cambio y dejar de hablar del pasado».
«En Brasil, los niños juegan al fútbol sala en la calle o en el pabellón hasta los 14 años. A partir de ahí, empiezan a especializarse en el fútbol 11. A lo largo de los años, hemos oído a nuestros abuelos, a nuestros padres y ahora a mí decir que en nuestra época era así. El tiempo es el presente, aquí y ahora. Los que tienen más flexibilidad y se adaptan al contexto y a la realidad son los que tienen la capacidad de triunfar en un mundo tan competitivo y global», dijo.
Reconociendo a los brasileños Paulo Autuori, que fue su entrenador en el Vitória de Guimarães (2000/01), y Luiz Felipe Scolari, con el que jugó en la selección portuguesa, como «dos personas que dejaron huella», Abel Ferreira confía en que hayan transformado su mentalidad.
«Cuando ves que el entrenador marca el 200% del equipo, le quita la libertad al jugador. Eso tiene que ver con lo que quiere un entrenador. Puedo decir que fui así en el Sporting e incluso empecé a cuestionar mi forma de entrenar en el Sporting de Braga. Me di cuenta de que el juego sigue perteneciendo a los jugadores. Tenemos que darles coordenadas y organización, pero no podemos castrarlos. En Brasil doy más libertad y creatividad», recordó.
El ganador de seis títulos con el Palmeiras se describió a sí mismo como «una persona grupal y solidaria, que busca que todos estén bien», en lugar de exponer «equipos mecanizados».
«No soy yo quien tiene razón o no, pero lo importante es creer. Para mí, un buen entrenador es aquel que puede influir e inspirar a sus jugadores y puede sacar constantemente la máxima y mejor versión de cada uno. El fútbol me ha enseñado que hay mil y una formas de ganar. Hay que elegir el que se cree», dijo.
