Varios medios de comunicación qataríes y árabes destacan el «éxito» del Mundial, que concluyó con la victoria de Argentina, pero algunos vuelven a denunciar las críticas occidentales por las violaciones de los derechos humanos y laborales
Qatar acogió a 1,4 millones de visitantes durante la Copa del Mundo, una competición que tuvo una asistencia acumulada en los estadios de 3,4 millones de espectadores, con una media de 53.000 personas por partido, anunció este lunes la organización.
Los ocho estadios que albergaron la competición, que se celebró entre el 20 de noviembre y el domingo, estaban a menos de una hora en coche del centro de Doha, lo que permitió a los aficionados ver en directo más de un partido al día, y contribuyó a una tasa de ocupación total de los recintos deportivos superior al 96%.
«En 2010 le dijimos al mundo que esperara algo grande, y cumplimos esa promesa. Fue una edición increíble de la Copa Mundial, que influirá en el trabajo de futuras organizaciones», declaró Hassan Al Thawadi, Presidente del Comité Organizador.
Thawadi aseguró que Qatar está «orgulloso de haber albergado una Copa Mundial cercana, compacta, accesible y familiar», y añadió: «El torneo proporcionó un espacio sin precedentes para el intercambio cultural». Aficionados de todo el mundo entraron en contacto por primera vez con la cultura árabe y qatarí.
El Emir de Qatar, Jeque Tamim bin Hamad al-Thani, utilizó su cuenta en la red social Twitter para agradecer y felicitar a la FIFA y a la organización por el «éxito» de la primera Copa Mundial celebrada en un país árabe, considerando que Doha «cumplió su promesa y organizó un Mundial excepcional».
En varios «tuits», el Emir también dio las gracias a todos los aficionados, voluntarios, instituciones y ministerios que «contribuyeron al éxito del torneo y a mostrar Qatar y el mundo árabe, de forma digna, a millones y millones de espectadores de todo el mundo».
Varios medios de comunicación qataríes y árabes destacan el «éxito» de la Copa del Mundo, que concluyó con la victoria de Argentina, pero algunos vuelven a denunciar las críticas occidentales por las violaciones de los derechos humanos y laborales.
