Momentos de tensión en el encuentro de este sábado en la Liga española. Un segundo aficionado también se encontraba mal, pero no grave
El partido entre el Cádiz y el Barcelona estuvo marcado por los momentos de pánico que se vivieron en las gradas y que, naturalmente, se extendieron al terreno de juego. Dos aficionados se encontraban mal, pero uno de ellos estaba más grave y necesitaba un desfibrilador.
En cuanto se supo que un aficionado estaba gravemente enfermo, el partido se detuvo a los 81 minutos. Siguieron momentos de consternación y una imagen pasó a la historia: Ledesma, el portero del Cádiz, corrió con fuerza para llevar el desfibrilador a la grada lo antes posible.
José Mari, otro atleta gaditano, también ayudó a llevar la camilla a la grada y al aficionado que, según la prensa, llegó a sufrir una parada cardiorrespiratoria.
Según informaciones de la prensa española, otro aficionado se sintió mal en esos momentos, pero la situación se resolvió sin que dicho ciudadano necesitara atención médica.